La historia del traje masculino: De obligatorio a opcional en la moda
Descubre la fascinante evolución del traje masculino desde el siglo XVII hasta hoy. Explora su historia, transformación en la moda y por qué dejó de ser una prenda cotidiana.
INSPIRACIÓN DE ESTILO
4/6/2025


La evolución del traje masculino: De la formalidad cotidiana a la elegancia ocasional
Hace unos días, mientras navegaba por Internet, me encontré con un video restaurado de principios del siglo XX en París. Me sorprendía ver cómo vestían los hombres en aquella época: absolutamente todos usaban traje. Era una prenda común y cotidiana. Sin embargo, hoy en día, el traje ha quedado relegado a ocasiones formales como bodas, eventos de etiqueta, reuniones de negocios o trabajos muy específicos.
Entonces, me hice la pregunta: ¿qué ha pasado? ¿Cómo ha cambiado tanto el uso del traje masculino? Acompáñame en este recorrido por la historia de esta icónica prenda para entender su evolución y su lugar en la moda actual.
El origen del traje: Siglo XVII y la transformación de la moda masculina
En el siglo XVII, la vestimenta masculina en Europa era muy diferente de lo que conocemos hoy como traje. En la corte predominaban chaquetas largas, chalecos ornamentados, medias de seda y pelucas. Los hombres también usaban calzones hasta la rodilla con medias. Este estilo, cargado de adornos, reflejaba el estatus social.
Sin embargo, en 1666, el rey Carlos II de Inglaterra decidió un cambio radical inspirado en la corte francesa. Estableció un nuevo código de vestimenta para los hombres: una chaqueta larga, chaleco, pantalones recogidos a la rodilla, una peluca y un sombrero. Con esto, se sentaron las bases del traje moderno.


La revolución francesa y el traje democrático
A finales del siglo XVIII, la Revolución Francesa marcó un cambio en la vestimenta. Se abandonaron los atuendos ostentosos de la aristocracia en favor de un estilo más sobrio. Los hombres comenzaron a llevar pantalones largos en lugar de calzones cortos, como símbolo de igualdad y rechazo a las clases privilegiadas.
Esta nueva vestimenta, más uniforme y funcional, simbolizaba la seriedad y compromiso del hombre trabajador, lo que dio paso a la sastrería moderna.


El nacimiento del traje moderno: Beau Brummell y la revolución de la elegancia
El siglo XIX trajo consigo a George Bryan Brummell, conocido como "Beau Brummell", quien transformó la moda masculina. Abandonó los adornos excesivos y popularizó un estilo sobrio basado en chaquetas ajustadas, chalecos sencillos y pantalones largos en tonos oscuros. Su influencia fue clave en la consolidación del traje como prenda de elegancia y buen gusto.
Durante esta época, la sastrería británica se consolidó, destacando la famosa calle Savile Row en Londres, donde se diseñaban trajes a medida con un alto nivel de precisión y calidad.


El Siglo XX y la popularización del traje
A inicios del siglo XX, el traje se convirtió en un estándar para los hombres de negocios y profesionales. Durante los años 20, se hicieron populares los trajes ajustados, con chalecos cruzados y patrones más atrevidos como las rayas diplomáticas.
Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial marcó un cambio. La escasez de materiales simplificó el diseño de los trajes: los chalecos desaparecieron, las solapas se hicieron más estrechas y los pantalones perdieron su dobladillo. En los años 40 y 50, el traje de franela gris se convirtió en el uniforme del hombre de negocios.
Los años 60 y 70 trajeron una crisis en el uso del traje. Los movimientos juveniles apostaron por la individualidad y la rebeldía, dejando de lado el traje y optando por prendas más informales como vaqueros y camisetas.
En los años 80, Giorgio Armani revivió el traje con el "Power Suit", popularizado en Wall Street y Hollywood. Sin embargo, en los 90, las proporciones del traje se desvirtuaron con chaquetas grandes y pantalones holgados.


El traje en el Siglo XXI: Evolución y adaptación
Con la llegada del nuevo milenio, el traje se ajustó nuevamente a cortes más estilizados y modernos. Diseñadores como Tom Ford y Thom Browne reinventaron el traje con líneas más depuradas y minimalistas.


En la actualidad, las redes sociales y los influencers han redefinido el estilo masculino. Combinaciones más relajadas, como chaquetas de traje con vaqueros o camisetas en lugar de camisas, han ganado popularidad. La formalidad se ha flexibilizado y el traje ya no es un uniforme diario, sino una elección para ocasiones específicas.
El traje masculino ha recorrido un largo camino, desde ser una prenda obligatoria en la vida diaria hasta convertirse en una opción reservada para eventos especiales. A pesar de su transformación, sigue siendo un símbolo de elegancia y sofisticación.
Hoy en día, aunque el traje ha cedido espacio a estilos más cómodos y versátiles, sigue siendo una pieza clave en el armario masculino. Quién sabe, quizás en el futuro vuelva a ser tan común como lo era hace un siglo.
¿Tú qué opinas? ¿El traje volverá a ser parte del día a día o seguirá reservado para ocasiones especiales?
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